El Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, ha declarado que América Latina y el Caribe experimentarán un crecimiento económico medio del 1.3% en 2023, debido a una trampa estructural de bajo crecimiento, alta desigualdad, instituciones débiles y mala gobernanza, y unas condiciones internacionales adversas. Los gobiernos enfrentan dificultades para promover la creación de empleo, mantener el gasto y las transferencias sociales e invertir en educación. Las prioridades políticas deben centrarse en reactivar los mercados de trabajo, limitar las subidas del coste de la vida, mejorar la recaudación de impuestos y proteger a los grupos vulnerables, e invertir en políticas sociales bien diseñadas y en salud universal. La región se enfrenta al riesgo de episodios de agitación social y una creciente marea migratoria debido a la falta de crecimiento económico y la pérdida del PIB per cápita en la última década.
Indudablemente, el artículo de opinión de Salazar-Xirinachs, sobre la situación económica de América Latina y el Caribe para 2023 es alarmante. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas, se estima que el crecimiento económico medio de la región será del 1.3% en 2023, lo que refleja una trampa estructural de bajo crecimiento, alta desigualdad, instituciones débiles y mala gobernanza.
Esta situación tiene consecuencias negativas para la región, incluyendo la falta de creación de empleo, dificultades para mantener el gasto y las transferencias sociales e inversiones en educación, y un mayor riesgo de episodios de agitación social. Además, las perspectivas de crecimiento son particularmente malas en América del Sur, con solo un 1% de crecimiento económico estimado en 2023.
Esta década de bajo crecimiento también ha creado un cúmulo de retos aún mayores para la región, lo que ha llevado a la frustración de la población, que espera que los gobiernos cumplan sus promesas electorales. La confianza en las instituciones es escasa y la impaciencia es grande.
Ante esta situación, Salazar-Xirinachs señala que las prioridades políticas de la región deben centrarse en reactivar los mercados laborales, limitar las subidas del costo de la vida, mejorar la recaudación de impuestos y proteger a los grupos vulnerables. También es necesario invertir en políticas sociales bien diseñadas y en sanidad universal.
La gobernanza es un elemento clave en la situación económica de la región, y los gobiernos deben buscar espacios políticos para el diálogo social y comprometerse con los diferentes grupos. Las instituciones también son importantes, ya que deben tener capacidades técnicas, operativas y políticas, ser transparentes y responsables para obtener resultados tangibles.
Es necesario destacar que el entorno internacional también es importante para el crecimiento económico y el espacio fiscal de la región. Lamentablemente, en la actualidad, los tres principales motores del crecimiento global, es decir, China, Estados Unidos y Europa, están experimentando dificultades económicas.
La situación económica de América Latina y el Caribe para 2023 es preocupante. Se necesita una acción urgente y decidida para reactivar los mercados laborales, limitar el costo de la vida y mejorar la recaudación de impuestos, así como invertir en políticas sociales bien diseñadas y en sanidad universal. Además, es necesario fortalecer las instituciones y buscar espacios políticos para el diálogo social y comprometerse con los diferentes grupos. La cooperación internacional también es necesaria para apoyar el crecimiento económico de la región.