El rol de las mujeres en la educación es indiscutible. En países como Panamá, donde según el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, más del 70% de los profesionales en educación básica y media son mujeres, se evidencia la importancia que ha tenido y sigue teniendo el género femenino en este ámbito. Sin embargo, a pesar de su valiosa contribución, las cifras en términos de igualdad de género no son muy alentadoras.
En América Latina, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) informó que uno de cada tres hogares es liderado por una mujer con bajos niveles educativos. Además, el 26% de las niñas de 12 a 17 años no completó sus estudios primarios y casi un 43% de las jóvenes de 18 a 23 años no culminó la secundaria. Estas cifras reflejan la persistente desigualdad de género en la región, y la necesidad de enfocar nuestros esfuerzos en promover el empoderamiento y la educación de las mujeres y las niñas.
A pesar de los desafíos que enfrentan, las mujeres han demostrado ser un pilar fundamental en el sistema educativo. Natalia Tieso, directora de la red de escuelas Maple Bear en Latinoamérica, señala que “la sensibilidad y el sentido social que logran desarrollar las mujeres en el rol educativo permiten que se fortalezca la reflexión y la libertad de expresión de los estudiantes”. Además, en esta red de escuelas, el 90% de la plana docente es femenino, lo que demuestra el liderazgo y la capacidad de las mujeres en esta área.
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo, nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre el papel de las mujeres en la educación y reconocer sus contribuciones en la formación de las futuras generaciones. Como señala Tieso, muchos profesionales que lideran distintas áreas en el mundo están en deuda con alguna docente que les transmitió sus conocimientos y les ayudó a desarrollar su potencial.
Hoy en día, el rol de las maestras ha evolucionado de ser «gurú del conocimiento» a facilitadora de aprendizaje y mentora. En un mundo cada vez más exigente y globalizado, las maestras enfrentan el reto de formar ciudadanos competentes y preparados para enfrentar los desafíos del futuro. Es por ello que se hace necesario valorar, apoyar y reconocer la labor de las mujeres en la educación.
A pesar de los avances, la deuda pendiente con las mujeres en la educación sigue siendo un tema de actualidad. Es esencial trabajar en la promoción de políticas públicas y acciones concretas que garanticen igualdad de oportunidades y acceso a una educación de calidad para mujeres y niñas. Al mismo tiempo, es fundamental reconocer y celebrar el protagonismo y la resiliencia de las mujeres en el ámbito educativo, quienes, a pesar de las adversidades, siguen siendo un ejemplo de compromiso y dedicación.
